jueves, 3 de diciembre de 2009

Las palabras que llenan tu olvido.


Que se puede escribir cuando las ganas y las fuerzas lo abandonan a uno, tal vez pueda enunciar al amor, el odio, la tristeza que guardo en mi corazón y la cual aparto solo para mi, sobre la soledad que ronda tu cuerpo en las noches en que gozas en otros brazos, sobre las palabras mudas que pronuncio a solas, realmente no sé sobre que escribir cuando las ganas lo abandonan a uno, cuando no quieres hacer otra cosa que cerrar los ojos, dejar que la soledad se apodere de uno y no hacer más nada. Sobre que se puede hablar cuando las palabras mismas se niegan, se esconden y desvanecen en el olvido, a veces dentro de esta sublime nostalgia que me arropa me han dado ganas de dejar todo de una vez y para siempre, otras tantas de continuar escribiendo versos impregnados de tu ausencia.


De que manera uno puede permanecer impasible ante tanta soledad, de que forma uno se puede convertir en un ser jodidamente especial y al mismo tiempo, en miserablemente necesitado para otros, de ambas formas posibles, no hay manera alguna de escapar. Son tantas noches queriendo gritar tu nombre con los labios cerrados, demasiado vacío volcado sobre un mismo corazón; sobre la misma incertidumbre de no querer permanecer a tu lado y al mismo instante el miedo de alejarse definitivamente de tus brazos; las ganas que tengo de extrañarte a diario se me escapan una a una después de mirarme al espejo y darme cuenta que sin ti estoy realmente cada vez peor, y creo que eso realmente me empieza a gustar, el disfrutar de mi soledad sin ti.


Los gritos desahuciados del silencio que lentamente recorren cada uno de mis sentidos, interrumpiendo mis deseos suicidas, es entonces que recuerdo que no tengo más intención alguna de querer escribir sobre este amor bizarro que aun siento por ti, o es tal vez las mismas ganas de no quererte dejar descansar son las mismas que hoy me traen hasta tu olvido, queriéndote aun más. Así son mis palabras de amor cuando tu olvido ha llegado.